domingo, 10 de junio de 2018

Ignorancia y barbarie

Como se aprecia en la imagen, las dos vigas a modo de puerta yacen en el suelo por otra acción impune de algún ignorante.

Han pasado cuatro años desde que pude ver por vez primera este enclave desprotegido. Desde entonces y con las sinergias vecinales que "no miran para otro lado", hemos estado haciendo lo posible para que las autoridades competentes hicieran algo para evitarlo y subsanar esta preciosa area natural al sur de Simancas. Tanto por parte del Ayuntamiento, como la Junta de Castilla y León, han omitido hacer nada al respecto. Algunos vecinos, entre los que me encuentro, indefensos, ante la insitente mayoría de personas que no parece tampoco importarle, siendo si llega el caso, un lugar para tirar o encontrar "cosas", la única opción que nos quedaba era, al menos, "impedir" por decir algo el paso habilitado que tiene para que pase un vehículo y haga y vierta a su antojo cualquier tipo de deshecho, en su mayoría restos de construcción, pero en muchos casos, plásticos, líquidos y materiales contaminantes, como la nociva uralita (amianto) entre muchos otros. Estas pequeñas acciones que a lo largo de este tiempo hemos ido llevando a cabo, algunas de ellas con mensajes concienciativos, han servido para poco o nada. La gente, se tomaba la molestia de quitar las piedras  y pasar.  La última de estas acciónes, que he podido subir algunas fotos, tuvo lugar el primer domingo de junio 2018. Algún vecino, cansado de ver como la gente sigue echando lo que le place al Medio Ambiente, había vuelto a poner una piedras a modo de defensa para "impedir" el paso de vehículos de dos ruedas, permitiendo el paso tanto de personas, bicis o motocicletas. Al ver yo esto la mañana mencionada, me animé a contribuir al pequeño parapeto. Encontré dos vigas, una de ella un poco rota y decidí, ponerlas en ahí a modo de puerta (se pueden ver las fotos antes y después). Pues bien, no pasaron ni veinticuatro horas y la primera de las vigas, ya la habían derribado, en el más ignorante gesto de barbarie. La otra, duró en pie dos días. Al tercero estaba igualmente arrancada del suelo. He de apuntar, y como se puede ver en alguna de las fotos, que para poner las vigas, tuve que hacer una pequeña zanja y que las sujeté con mortero de  grava y cemento. El bravucón ignorante que tiró las puertas al campo, tuvo la suerte de que estamos en época de lluvias y la tierra, así como el mortero aún no ofrecían la suficiente resistencia. Lástima. No pude por menos de sentir pena y desolación por ello, pero también me animó a publicar las fotos y poder asi divulgarlo. Estoy convencido, que solo es cuestión de tiempo. Tiempo que está pagando un Mundo Natural que No Nos Merecemos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario